Adios
Me ha sido inevitable derramar lágrimas mientras escribia este texto, sugiero que para llegar a acercaros a lo que he sentido mientras lo escribía q lo leais escuchando una canción triste, la más trsite que tengais, y si es instrumental mejor q mejor(yo he escuchado "December 7th" de Hans Zimmer, de la BSO de Pearl Harbor). Es una historia triste que necesita notas tristes...
Conforme se acercaba su respiración se aceleraba. Habían pasado tanto tiempo juntos, malos y buenos momentos, y se le encogía el corazón al verlo allí. Intentaba dar un paso y cuando lo lograba temblaban sus piernas. Con cada paso un sentimiento, el día que se conocieron, la primera sonrisa, el primer beso,...
Cerró un puño con fuerza para no caer derrotada, pero las lágrimas le caían una tras otra.
Y seguía viéndolo, no se lo podía creer, tanto tiempo compartido, y ahora,... Tantas exigencias, tantas peticiones, tantas concesiones, en vano.
- Tienes unos ojos muy bonitos- le dijo él mientras no la perdía de vista.
- No seas bobo- le respondió ella mientras le sonreía y se sonrojaba.
Un año había pasado de esas palabras, pero las tenía gravadas a fuego en la memoria, y temblaba al recordarlas, y lloraba...
- Hace un día muy bonito,¿porqué no vamos a pasear a la playa?- le dijo un día él, cogiéndola de la cintura.
- Estupendo, pero que sepas que como te vea mirando a alguna chica en bikini te tiraré de las orejas.- le respondía
ella en tono burlesco, enseñándole la lengua.
Ese día cuando ya estaban en la playa hubo tormenta, y quedaron empapados, pero una vez en casa, se miraron y rieron de su suerte, y aún con la ropa mojada se abrazaron y besaron tiernamente.
Una sonrisa mostró ella mientras todavía se dirigía hacia su amado, pero era una sonrisa triste, recordando algo que nunca volverá.
Tantas noches en vela, peleando con sus pensamientos, poniendo en duda el amor que su niño le tenía, tantas dudas, incertidumbre, celos, que al final la agotaron. Tantas lágrimas derramadas que ahogaron su corazón.
- Debo dejarte, alejarme de tu lado.- le decía ella mientras apretaba con fuerza las manos.
- Pero ¿qué dices? ¿Ya no me quieres?.- le respondía él con un tono nervioso en la voz.
- Te quiero demasiado, pero ¡te quiero para mí y nadie más! Ya no aguanto esta inseguridad, ya no aguanto más!... le gritaba ella llorando, mientras se giraba y seguía su camino.
- Seré solo tuyo, seré solo tuyo...- pero solo lo pudo susurrar, y ella no lo escuchó.
A partir de entonces el volvió a su vida normal, estudios, trabajo...
A partir de entonces ella se dedicó a llorar su ausencia...
Ha tenido un accidente resonaba en su cabeza como eco.
Solo cuando lo vio allí tumbado, en esa iglesia, comprendió que había desperdiciado lágrimas llorando su ausencia cuando todavía lo podía haber tenido a su lado.
Ahora las lágrimas le pesaban en el alma, las palabras recordadas le quebraron el corazón.
- Seré tuyo, te quiero a ti y a nadie más...- le dijo días antes por teléfono, pero ella no supo escuchar esa gran verdad, que le quería.
Lo observó por última vez, su rostro sin expresión, donde antes había tanto calor, ahora solo había frío.
- ¿No te volveré a ver nunca más?¡Maldita sea! ¡Malditas seas vida con tus infortunios! ¡Maldita seas muerte, anhelando lo que no es tuyo!
Gritó, maldijo, lloró... y dijo para sí misma no podré vivir sin ti...
Conforme se acercaba su respiración se aceleraba. Habían pasado tanto tiempo juntos, malos y buenos momentos, y se le encogía el corazón al verlo allí. Intentaba dar un paso y cuando lo lograba temblaban sus piernas. Con cada paso un sentimiento, el día que se conocieron, la primera sonrisa, el primer beso,...
Cerró un puño con fuerza para no caer derrotada, pero las lágrimas le caían una tras otra.
Y seguía viéndolo, no se lo podía creer, tanto tiempo compartido, y ahora,... Tantas exigencias, tantas peticiones, tantas concesiones, en vano.
- Tienes unos ojos muy bonitos- le dijo él mientras no la perdía de vista.
- No seas bobo- le respondió ella mientras le sonreía y se sonrojaba.
Un año había pasado de esas palabras, pero las tenía gravadas a fuego en la memoria, y temblaba al recordarlas, y lloraba...
- Hace un día muy bonito,¿porqué no vamos a pasear a la playa?- le dijo un día él, cogiéndola de la cintura.
- Estupendo, pero que sepas que como te vea mirando a alguna chica en bikini te tiraré de las orejas.- le respondía
ella en tono burlesco, enseñándole la lengua.
Ese día cuando ya estaban en la playa hubo tormenta, y quedaron empapados, pero una vez en casa, se miraron y rieron de su suerte, y aún con la ropa mojada se abrazaron y besaron tiernamente.
Una sonrisa mostró ella mientras todavía se dirigía hacia su amado, pero era una sonrisa triste, recordando algo que nunca volverá.
Tantas noches en vela, peleando con sus pensamientos, poniendo en duda el amor que su niño le tenía, tantas dudas, incertidumbre, celos, que al final la agotaron. Tantas lágrimas derramadas que ahogaron su corazón.
- Debo dejarte, alejarme de tu lado.- le decía ella mientras apretaba con fuerza las manos.
- Pero ¿qué dices? ¿Ya no me quieres?.- le respondía él con un tono nervioso en la voz.
- Te quiero demasiado, pero ¡te quiero para mí y nadie más! Ya no aguanto esta inseguridad, ya no aguanto más!... le gritaba ella llorando, mientras se giraba y seguía su camino.
- Seré solo tuyo, seré solo tuyo...- pero solo lo pudo susurrar, y ella no lo escuchó.
A partir de entonces el volvió a su vida normal, estudios, trabajo...
A partir de entonces ella se dedicó a llorar su ausencia...
Ha tenido un accidente resonaba en su cabeza como eco.
Solo cuando lo vio allí tumbado, en esa iglesia, comprendió que había desperdiciado lágrimas llorando su ausencia cuando todavía lo podía haber tenido a su lado.
Ahora las lágrimas le pesaban en el alma, las palabras recordadas le quebraron el corazón.
- Seré tuyo, te quiero a ti y a nadie más...- le dijo días antes por teléfono, pero ella no supo escuchar esa gran verdad, que le quería.
Lo observó por última vez, su rostro sin expresión, donde antes había tanto calor, ahora solo había frío.
- ¿No te volveré a ver nunca más?¡Maldita sea! ¡Malditas seas vida con tus infortunios! ¡Maldita seas muerte, anhelando lo que no es tuyo!
Gritó, maldijo, lloró... y dijo para sí misma no podré vivir sin ti...
10 comentarios
silvia -
olvido -
Hellcat no te quejes que algún día de estos te los daré en persona como siempre, besoooooos!!!
Mayte -
Hellcat -
Pos yo te doy muchos besitos a ti, jeje :).
Mayte -
olvido -
Elborde, no sabes lo bien q sientan esos aplausos jeje muchas gracias y gracias por visitarme.Un besito para ti :)
Si Hellcat, es triste, pero es la vida misma, y nunca sabemos cuanto dolor vamos a tener q soportar :(
Hellcat -
Pero con el tiempo el dolor acaba haciéndose soportable.
elborde -
Mayte -
Mayte -