Blogia
olvido

Me sale del corazón

Vacío

Vacío

Me asomé a la ventana, a mi espalda todo era consumido por el fuego,las llamas bailaban al son de una macabra melodía, el calor abrasante rozaba mi piel y la luna observaba la escena pasiva, inmune como siempre a todo lo que le rodea.

Giré la cabeza para confirmar con horror que el infierno engullia todo lo que había a mi alrededor.

Morir quemada, jamás lo hubiera deseado, pero el infortunio prendió la llama del odio que ahora me devoraba junto a cenizas, entre las cuatro paredes donde tantas cosas malas había sufrido y tantas cosas buenas me habían alentado.

¿Tirarme al vacío?¿o morir quemada como una Juana de Arco incomprendida? El dolor me rodeaba, todo me quemaba y ni siquiera fui capaz de pedir perdón en el último segundo de mi vida...

Algo se ha roto en mí, algo se ha desprendido de mi alma y de mi corazón.
Quizá el lazo que tenía con alguien muy importante para mí, se ha roto y no sé si podré volver a coserlo.
No sé si mirar hacia delante y llorar, o seguir mirando hacia detrás y seguir llorando.
Siento impotencia por no saber hacerme querer, siento impotencia por lo que siento y no quiero sentir. Pero ¿cómo intentar dejar de quererte si eres lo mejor que tengo?
Me tengo que desenganchar y ¿porqué no te enganchas tú a mí?
Quiero escribir para desahogarme, peor incluso el intentar desahogarme me ahoga aún más, me ahogo en las lágrimas, en las mías y en las tuyas...

Próxima San Valentín...

Próxima San Valentín... Se acerca San Valentín, y otra noche sin dormir, sin conciliar el sueño, pues no puedo siquiera conciliar mi vida, apartar mis temores y mirar al frente sin miedo, sin rencores,... Días románticos para los que se aman, días desdichados para los desencaminados que aman a quien hay que querer, y desean a quien hay que perder.
Rosas, bombones, felicitaciones,... y al otro lado lágrimas, dolor, tristes canciones...
Me gustaría mirarle, sonreírle, decirle que le amo, y mientras le abrazo decirle que ese es el primer San Valentín que estamos juntos y en el que nos amamos. Pero solo puedo abrazarle, mientras lloro mi desdicha, pues lo más probable es que este sea el última San Valentín, sin la oportunidad de habernos amado.
Amor, corazones, ñoñerías, cursilerías, que tanto alegran a las chicas que viven en las nubes, yo tengo los pies en el suelo pero me gustaría disfrutar de esas cosas, sin miedo a que pasará después, sin miedo a perderle de un día para el otro.
Le quiero, le amo, más que a nada en el mundo, más que a mi vida, y solo puedo aprovechar y estar a su lado, hasta que se cumpla nuestras fecha de caducidad, y se dividan nuestras vidas.
Le quiero, por él muero...

P.D.: Recuerda que estas canciones van por ti “...tú estás dentro de mí, y te defenderé con valentía y fe, así, por aquel amor que ayer, no te tuve y te negué, que hoy existe en ti y en mí,...”, “y si fuesen mis canciones hechas para recordarte los momento que tú fuiste mío, y si fuese una ilusión esta bendecida pasión que por un momento me ha llevado lejos”, “alejándome de todo y escapar de mi tormento, pero me quedo aquí sin decir nada, sin poder escaparme de ti, y eliminar cada momento que nos trajo el viento y poder vivir como si no nos hubiéramos amado, yo sobreviviré, no me preguntes como, no lo sé,... me quedo inmóvil aquí, sin decir nada, sin poder aburrirme de ti,... y quisiera huir de aquí, quisiera escaparme, pero me quedo otra vez, sin decir nada sin gritarte “¡no, no te vayas!, no me abandones, sola en la nada, amor””.......

Tan solo una palabra: “desesperación”.
Me detengo ante el altar donde antes adoré mi vida, o quizá soñé adorarla.
Contemplo los retales de mi memoria y solo puedo recordar tristezas.
Acaricia mi mejilla, donde mis dedos se dan encuentro con una lagrima furtiva. Soy consciente de que estoy llorando, siento, tengo sentimientos, pero no consigo aceptarlos, aplacarlos, o tan siquiera aislarlos.
Me aferro al pasado, pues no tengo futuro y el presente es solo una alucinación.
No entiendo, o tal vez no quiero entender, cuál es la razón para tanto sufrimiento.
¿Quién controla nuestras dosis de alegrías o penas? Puede que el “doctor” que nos las administras esté más loco que nosotros, observando nuestros historiales, observando como se escapan nuestras vidas.
Un psiquiatra para un mundo loco,
un dios para un mundo ignorante.
Mi cuerpo se cansa, pide alegrías, las necesita como droga o simplemente como el aire para respirar.
21 años suspirando,
21 años anhelando ser feliz,
21 años intentando vivir...

El rinconcito

El rinconcito Contemplo en mis recuerdos aquel rincón de playa, punto de encuentro de brisas marinas. Rincón donde pasar las horas calurosas del día. Veo el perfil de la sombra que protegía el cuerpo dormido de los turistas en la playa, sombra que iba ganando terreno conforme se adentraba la tarde. Y allí en nuestro rincón, los dos sentados cogidos de la mano, contemplando el mar, acariciados por la brisa con olor a agua salada.
De manera igual de fácil me podía quedar embelesada mirando el mar como mirando tu cara, fijando en los detalles de tu rostro, tus expresiones, como observabas a los últimos rezagados en la arena, o como tu mirada se perdía observando el horizonte. Y de vez en cuando me mirabas gracioso y decías “eh, me estás mirando” y sonreías perdiéndote de nuevo en tus pensamientos. Entonces yo te apretaba fuerte la mano y seguía mirando el mar a tu lado.
No hacían falta relojes, no había hora de partida. Solos tú y yo, decidiendo a dónde dirigir nuestros pasos, cogidos de la cintura, pasando desapercibidos entre la gente despreocupada por las vacaciones. Paseando horas, sin necesidad de hablar, sin decidir donde finalizar nuestro camino, solo nosotros dos de noche en medio de la multitud.
Y cuando cansados decidíamos volver sobre nuestros pasos nos quedaba la ilusión de llegar a nuestro punto de partida, llegar a nuestra habitación y dormir abrazados. Dormir a tu lado, envuelta por tu aroma, y de fondo tu respiración y los latidos de tu corazón.
Lo que habría dado por hacer eternos esos días.
Lo que habría dado por vivir en ese sueño y no despertarme en esta pesadilla...

¿Cómo?

¿Cómo? Cómo olvidar,
si quedan en mi los recuerdos.
Cómo mirar hacia delante,
si lo mejor de mi vida queda a mis espaldas.

Cómo borrarte de mi mente,
si eres parte de mi corazón.
Cómo soportar tu ausencia,
si no puedo vivir sin tu presencia.

Cómo borrarte de mis pensamientos,
si mi piel ha memorizado tus caricias.
Cómo sobrevivir sin tus besos,
si hasta ahora eran lo que me daba vida.

Te necesito, te amo, te anhelo,...
Te tengo pero al mismo tiempo te pierdo...

He asesinado a mi alma

He asesinado a mi alma He asesinado a mi alma
me he dicho no volveré a caer más,
así que la he agarrado entre mis manos
la he sumergido en el agua clara.
He visto como se contorsionaba,
como gritaba,
como quería librarse del abrazo de la muerte.
Y mientras la ahogaba pensaba en todo lo que se iba con ella,
tristeza, dolor, amargura, rabia, ira...
Debes morir, debes dejarme vivir,...
Lloro porque yace muerta entre mis brazos.
He asesinado a mi alma.
Con su ultimo suspiro se ha quebrado mi corazón.
¿qué pasará cuando no esté?.
lo he hecho y ahora pienso ¿qué pasará ahora que no está?
La veo inmóvil, inerte, empapada entre mis brazos.
La zarandeo levemente, casi sin ganas, porque sé que no va a servir de nada.
También se han ido con ella:
alegría, felicidad, amor, bondad, deseo,...
Debía morir, debía dejarme vivir,...
Lloro porque era lo único verdaderamente mío y la he matado.
He asesinado a mi alma, me he asesinado.

Sonrisas, tristezas, enfados,..
Enfados, arrepentimientos, lágrimas,...
Lágrimas, vacío, desamparo,...

Te necesito aquí, cerca, no lejos de mí.
Te necesito a mi lado, estar cerca de ti.

Solos tú y yo,
sin nadie que interrumpa nuestras caricias,
sin nadie que se interponga entre nuestras miradas.

Te necesito, ahora, y no sé hasta cuando.
Te necesito conmigo, hasta que se acabe el mundo.

Quiero amanecer a tu lado,
sin miedo a que nos sorprenda el amanecer,
sin miedo a que nos separen las horas.